Lluvia intensa desde que llegaste,
al litoral cálido aprisionado,
por qué lúcida has desbordado
la alegría rotunda que creaste?
Nubes grises y negras posaste
en días aciagos y calenturientos,
calmando la sed a los sedientos,
con lluvia de amor que lloraste.
Clama, al incrédulo, lluvia fina
exhorta al apego sin ironía
que tú llegaste en epifanía.
No sucumbas, lluvia imperecedera,
cumple con tu previsto destino,
eres inmortal sin ningún sino.