Te vi en el silencio de la tarde gris,
y mi alma encontró un refugio en tu mirada,
pero el destino, cruel como un feliz,
nos separó con una sombra helada.
Tus palabras flotan como un dulce viento,
pero el tiempo nos arrastra a su compás,
y aunque te ame en cada pensamiento,
sé que este amor no tiene ya paz.
Cierro los ojos, pero te sigo en mis sueños,
lejos de mí, como estrellas en el mar,
y aunque mi amor por ti sea eterno,
es un amor imposible de alcanzar.