Geovani

Me regocijo al saber que te tengo.

 

Se pinta lentamente la tarde rojiza,

El aroma de tu perfume el ocaso matiza,

Mientras la luna de su escondite lentamente ascendía,

Se escuchaba, de las aves, su última melodía.

 

Y tenuemente se van encendiendo los faroles,

Los que iluminan nuestra ventana cada noche,

Contigo en mis brazos todo se hace posible,

El olor de tu cuerpo para mí es inconfundible.

 

Todo lo que sucede en nuestra habitación es un misterio,

Sólo se escucha el aire, sólo se escucha el silencio,

Juegan, entre tanto, las tiernas azucenas,

Al amarnos parece que las estrellas del cielo cayeran.

 

Se escucha maullar a los noctámbulos gatos,

Mirando la luna, corriendo por los tejados,

Mientras por las callejuelas corre el río,

Escribe sobre el empedrado nuestro amor como si fuera un libro.

 

El amor hace tan maravilloso el tiempo que estoy contigo,

Has cambiado mi vida, la has hecho hermosa desde que nos conocimos,

Enmarcas las sombras con tu sublime sonrisa,

Es como mirar como desde el cielo, en lluvia, el agua se desliza.

 

“Fuera de la ventana se escucha el cantar del viento, nos arrulla para que nos concilie el sueño, mientras te tomo entre mis brazos y te recuesto sobre mi pecho, y me regocijo al saber que te tengo.”