Que alegría! te ví pasar sonriente,
porque andabas con tu amante;
ocultando tu desdicha.
Acaso no lo sé, que él te maltrata como si
fueras la última.
Aquí en casa tú eras la
que braviaba, por eso gozo porque,
no estás conmigo y, siempre le ruego
al Señor que seas dichosa y, el que te
tiene que te estime. Tú también
cambies tu mal genio, para que recibas
amor cariño y ternura porque, todo
hombre no soportamos tu mal genio
y berrinches que me daba cada día.