Surca la brisa en la tarde
y en alas de la armonía
una dulce melodía
arrancan a las guitarras.
La serranía se engalana
de guayabera y color
y en décimas de sabor
se viste la guardarraya.
Se enciende el punto cubano,
con tiple, maraca y güiro
y apasionado el guajiro
comienza a afinar la voz.
Hay guateque en el batey
y se atestan los caminos
de jinetes y carretas
que bajan del lomerío.
Sobre una rustica mesa
un cerdito bien asado,
junto a moros y cristianos
y rica yuca con mojo.
Regios tamales criollos
el ajiaco sin igual
de beber, vino frutal;
bravo aguardiente de caña.
Los postre para escoger,
dulce de coco en almíbar
tiernos cascos de guayaba
majarete, arroz con leche,
buñuelos, rico dulce de papaya.
Se inunda el campo de notas
con la alegre melodía
que es de todos preferida
y me lleva a mis raíces.