«Hazme un poema de amor»
—Me dijo—
Como si fuera cualquier cosa.
Pensaba que escribir era tan fácil como quitarse la ropa.
Mujer, ¿no lo entiendes?
No es tan sencillo como abrir las piernas, y esperar a que te penetre.
Yo tengo que abrir mi pecho, buscar entre los huesos,
entre los órganos, la palabra precisa.
Puedo hacerte el amor, pero no el poema.
Ella Insistió:
«vamos, hazme un poema de amor»
Medio tanta ternura,
o tal vez me estaba enamorando, no lo sé,
además nunca nadie se había interesado en lo que escribo.
Así que hice el intento
y me salió esto,
lástima, no le gusto.