No conozco el otoño con margaritas,
no conozco el otoño sin melancolía,
conozco el otoño viendo caer las hojas amarillas
y desparramarse la hojarasca por la senda dorada .
conozco la sombra de los álamos esparcidos
por el sol que taja los peciolos aún vivos.
No conozco el otoño sin esas llamas tibias
incendiando la alameda, iluminando
esos rostros decaídos por la fría y húmeda tristeza.
No conozco el otoño sin añoranza,
sin anhelos a ese amor que como
la hojarasca levanta el vuelo
y corre hacia el abismo,
donde van a parar las hojas desahuciadas.