Hoy caminaba por mi descuidado jardín.
Con pétalos dorados, se cubría la grama.
El aire nos trajo, la fragancia, del jazmín.
Hay un ramo de blancuras, en cada rama.
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Seductor, es este perfume que, nos llega.
No se puede evadir, ese olor nos envuelve.
Es la maravilla del jardinero, en su brega.
Es esa la fragancia que, el viento, disuelve.
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Voy al jardín a aspirar ese dulce perfume.
Las flores alborozadas, sus gracias lanzan.
Cuidar a las flores, mucho tiempo, consume.
El jardín es de los pájaros que ríen y cantan.
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¡No es cuento, reproduce amor, el que siembra.
Es noble oficio, no importa, ser varón o hembra!