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Llegó la hora de que los astros hablen

Calla,
 porque llegó la hora 
de que los astros hablen
con su muda elocuencia,
 ya que tanto han callado 
es menester que griten 
a los vientos compactos 
del cosmos imponente 
lo que llevan por dentro 
en su lava que hierve.
Calla, 
porque los astros mandan 
que se callen los vientos, 
que se callen los mares, 
que se callen los tiempos; 
y todo en el silencio
 se envuelve a cada grito 
de los trémulos astros, 
de los astros lejanos, 
de lejanas galaxias.     
Calla,
 para que en el silencio 
compacto de la nada 
escuches con las eras 
las voces de los astros
 proclamar la injusticia 
que en los mundos habita 
desde que la energía 
se puso en movimiento 
y se volvió materia.
Calla, 
que todos han hablado 
menos los universos, 
que todos han llorado 
su historia y sus tristezas 
con palabras inertes 
que no existieron nunca. 
No digas cosas muertas 
porque llegó la hora 
de que los astros hablen. 
           Patricia Garibay D.