Majesty BO

El Último Descenso

 

Subidas y bajadas, como montañas rusas salvajes.

Vacíos inmensos en las caídas más profundas,

latidos apresurados que presionaban el pecho.

Montaña rusa que parecía interminable

de un parque de atracciones que yo había creado.

Las puertas del parque se mantenían cerradas,

pero en él rondaban personas que paseaban junto a mí,

pasaban por atracciones tan complejas como las que ya había vivido,

con caídas profundas y elevaciones salvajes que llegaban a su final.

El vacío no podía durar toda la vida,

las atracciones tenían su conclusión.

Aunque no todos bajaban de ellas caminando,

algunas veces el cuerpo tambaleaba y las miradas perdían ilusión.

Otros descendían complacidos,

sabiendo que su aventura profunda e inmensa era parte del proceso.

El parque no tenía un horario concreto,

la presión en el pecho perduraba más de 24 horas.

Más tormento o más emoción.

El anochecer y su oscuridad

brindaban una fría melancolía

que se percibía dura incluso al apagarse.

Como una pesadilla vívida,

golpeaban por dentro y por fuera en cada curva.

Los vagones dejaban marcas que el tiempo no borraba.

No es este parque oscuro un secreto.

No todos lo conocen, ni todos han estado dentro, pero los que han estado han resentido las sacudidas.

No es eterno este parque,

el último juego está por venir,

y en el descenso, la adrenalina no me ha dejado entender cómo será mi paso fuera de él.

Como un camino movedizo

o una liberación satisfactoria.