Sirenas en la noche, un alma en agonía.
En un sexto piso, un barco a la deriva.
Con sus mascotas, sola, un amor que se fue,
Llorando en silencio, un pozo sin fondo fue.
Lo amó con locura, con un amor sin igual,
más él la abandonó, sin mirar atrás.
La primavera cruel robó de su alma... la paz.
Invierno eterno en su corazón... se instaló.
El diablo entró en la noche oscura,
Mirando fotos, un océano de amargura.
No pudo más, su alma se rompió.
Como una vela, su vida se apagó.
En un rincón, hallaron su cuerpo frío y sin luz.
Un frío demonio en su brazo clavado.
La oscuridad envolvió su alma sin cruz.
Y en su mano, aún aferrada, una fotografía descolorida.
Gonci