Soponcio

Ayer, cuando era joven

Ayer, cuando era joven  
un río de sueños llevaba,  
y el sol alto del horizonte  
con un viento esperanza.  

La risa flotaba en el aire,
los ánimos danzaban sin fin  
y los días eran eternos,  
en un lienzo de color sutil.  

Corría entre flores y nubes
me ocultaba tras un árbol viejo,  
los ojos llenos de estrellas,  
y el corazón latiendo un deseo.  

Las tardes eran relatos vivos,  
donde el tiempo se detenía,  
los enredos se tejían,  
en la mágica armonía.  

Ayer, cuando era joven,  
los problemas eran un rumor,  
una voz lejana en el viento,  
donde todo se volvía un primor.

Pero el río sigue su rumbo,  
las estaciones traen su verdor,  
y el niño que fui en mis sueños  
se asoma aún con su candor.  

Ayer, cuando era joven,  
guardo el fulgor en la memoria,  
como un tesoro trenzado en versos,  
un destello de firme historia.  

Hoy las arrugas son testigos,  
de cada risa, de cada llanto,  
más en el fondo de mi alma,  
la juventud nunca ha pasado. 

Ayer, cuando era joven,  
un eco suave me acompaña,  
y aunque el tiempo ya me abracé,  
la inocencia nunca se apaga.