Hierro por el día recordando
Y aun así me seduce la imagen
Mientras por ahí, paseo solitario
Al ritmo del arpegio urbano
Me adentro por las viejas calles,
Tan solo me persigue el halo,
El pasar de la gente invoca un soplo,
Percibo un horizonte remoto
El perfume me invade y envuelve,
Y la observo, pero no la veo,
Ya me persigue y no la siento,
El tráfico me distrae, más la adivino
Pues, no puedo olvidar y anhelo
Siento como te abrazo, te sigo
Al borde de la plaza hasta el vacío,
Alfaque ende la corriente dispersa
Desde el encuentro al tropiezo, amor
Qué lejanía destierra y encandila
La soledad de tu cuerpo, el tiempo
En que la usencia ondea deseos
Pero ya la tarde fría y gris, promete,
Aun así, me cuesta aceptar, inquieto,
Regreso raudo a mi deseado lar,
De reojo la deseo ver en aquel ajimez
Ahora rendido, llego al final y duermo,
Y aun dormido, me persigue su faz,
Cuando aún la vida sentido tenia,
Y se mueve lentamente hacia otro amor
¡Y el sueño lamió aquellos recuerdos, aquel perfume y aquel anhelo!