Con el manto de la noche y la almohada por confidente,
me desvelo en el silencio
mi corazón descontento llora por dentro, donde nadie puede ver. unas lágrimas secretas, que nadie puede entender.
La soledad es mi compañía, en la penumbra que me envuelve,
y aunque el mundo duerma, mi alma no se detiene.
Es en la quietud de la noche, donde mis pensamientos fluyen,
y en el abrazo de mi almohada, mis sueños continúan.
Aunque la tristeza me visite, en estas horas sin testigos,
sé que la luz del alba, traerá nuevos abrigos.
Porque cada lágrima derramada, es un paso hacia adelante,
y en cada nuevo día, hay una esperanza vibrante.