Ricardo Castillo.

CelebraciĆ³n de lunes

Heme aquí,
sin memoria
y junto al mar,

como un grano de polvo
sobre ruinas,

sin preguntas 
y mayores silencios.

Perdido en la noche 
del microscopio,

en el alimento primigenio
de la flor,

retornando inexorable
a la tierra,

en el tedio de la duda
que no inquina,
y la deshora 
de las horas que se van.

Sumido
en la espiral del caracol,
en el hálito húmedo
de la costa,

en su voz líquida,
sin lengua
ni recuerdos,

y en el tacto desvanecido
de la espuma.

Bajo el inmenso y estrellado cielo,

como vaso de carne
con ajenjo,
y amargo llanto de risas,

celebrando
mi genial e irreparable
fracaso.