Permite que mi verso te acompañe,
llevándolo a tu lado como guía;
así, con mi distante compañía,
veré que tu destino no se empañe.
Sus letras serán agua que te bañe;
su rima, delicada melodía;
acordes que, fluyendo en armonía,
tu nombre gritarán cuando te extrañe.
Y yo, siempre distante y tan cercana,
seré velero anclado a tus mareas,
y estrella reluciente en tu universo.
Y siempre cerca y siempre tan lejana
tendrás mi compañía cuando leas
las letras que dedico en ese verso.