Me había rendido a los límites de tu amor,
a tu perfil discreto,
a tu afecto sin etiquetas,
envuelto en sombras y susurros de silencio.
Pero hoy, me rindo
a la historia inconclusa de nosotros,
una historia a medio escribir,
con páginas desgastadas por los \"qué hubiera pasado\".
Me había rendido a la esperanza
de que un poco más
abriría un océano de ti,
un viaje a través de las profundidades
de tu lenguaje de amor por descubrir.
Pero hoy, me rindo
a la verdad de un viaje
sin destino,
un deriva interminable en las mareas de la incertidumbre.
Me había rendido a tus conciertos de emociones,
la sinfonía de un amor confuso,
dolores del corazón que se repetían,
soledad resonando en cada estribillo.
Pero hoy, elijo una nueva melodía,
una canción de supervivencia,
donde alivio el dolor de mi corazón
en lugar de someterme a la lucha
de un amor no correspondido,
una sumisión sin admisión
de una llama recíproca.
Hoy, me rindo
no a ti,
sino a mí.