Escapando del Sol, aguardo el manto,
en las tardes que quieren ser la noche,
en que fluya hasta el alba con derroche
y te de, mi gran magia con encanto...
Con mi pena, que haré de cal y canto
y me alivie del mal por el soroche.
Qué. Me impide poner debido broche,
la sordera que sufro con espanto
Que termine el haber indiferente,
castigando mi cuerpo y mi cariño
y mi orgullo ya débil en mi frente...
No lastimes el ser que habita un niño,
siendo un hombre muy joven y valiente...
¡Que no puedes forzar a darte un guiño!
Autor. Mario Rodolfo Poblete Brezzo.