Brian Carmona

ANDRĂ“MEDA

 

 

En el vasto cosmos, entre estrellas y cometas,

navega nuestra historia, brillante e infinita.

Eres mi constelación, mi galaxia secreta,

un destello eterno en la noche exquisita.

 

Tus ojos, dos estrellas que iluminan mi cielo,

brillan con la fuerza de un millón de soles.

En la órbita de tu ser, encuentro mi anhelo,

perdido en la inmensidad de tus roles.

 

Flotamos sin peso en este mar estelar,

cada beso, un meteorito que cruza el espacio.

Nuestros corazones laten en un singular,

pulso que resuena en el vacío despacio.

 

Tus susurros son la música del universo,

un eco distante en la negrura del firmamento.

Cada palabra tuya es un verso disperso,

que encuentro en el silencio de cada momento.

 

Cruzamos nebulosas, desafiamos la gravedad,

juntos, exploramos la infinita vastedad.

Eres mi Andrómeda, mi eterna divinidad,

una galaxia de sueños, una verdad sin edad.

 

Nos fundimos en un abrazo cósmico,

unidos por la fuerza de la atracción sideral.

En la danza celestial, somos un símbolo,

de un cariño tan puro, tan fundamental.

 

Tus caricias son polvo de estrellas,

brillando suavemente sobre mi piel.

Cada toque tuyo una maravilla tan bella,

un cometa fugaz, un mágico laurel.

 

Viajamos juntos por sendas astrales,

descubriendo planetas, conquistando el firmamento.

Eres mi compañera en estos viajes ideales,

mi guía en el espacio, mi sustento.

 

Bajo el manto estrellado, te prometo mi lealtad,

un pacto eterno en la galaxia sin final.

Eres mi Andrómeda, mi dulce realidad,

una constelación que siempre será mi verdad.

 

En el vasto cosmos, nuestro lazo se expande,

una fuerza inquebrantable, un nexo esencial.

Nuestro vínculo es fuerte, nunca se desbande,

un amor estelar, un amor sin igual.