La solidaridad va de la mano con la empatía, la voluntad con la responsabilidad, el amor con el perdón, y la comprensión con la gratitud.
Todos llegaron, se sentaron y deliberaron
sobre quiénes debían portar los valores…
Y todos dijeron: «Todo aquel que muestre acciones sinceras y actúe con respeto y prudencia…».
Entonces… todos los valores vinieron al mundo a morar en la mente, en el corazón, en la conciencia y en el alma.