edua

Aquel amor

Copiosa y fría entre la bruma
sin pausa
cae mi canción como agua
sin colores.

Quieto en el silencio del recuerdo
ensayo los diálogos que creí correctos.

Tu voz me envolvía como canto de sirena
no pensaba con claridad
estimaba nuestro amor insostenible
curioso por ver nuevos despertares.
Amantes en la sombra, tibia tu piel
enredados entre carne y huesos.

El tacto rugoso de mis manos
por el desfiladero hasta monte
estremecían los arrullos en el placer de las palomas.

La soledad déspota del recuerdo
sacude el disparo del profeta.

Muero en sus recuerdos todos los días.