Ya no me importa,
donde estés.
Mi alma inquieta
sigue pensando, en las
veces que nos
arremolinábamos
juntos.
En esa pasión seca
otoñal tuya
y mi primavera
tan florida, fuimos
como dos adolescentes.
despuntando amaneceres.
Con tus manos juguetonas.
a penas,
me dejabas dormir.
Ya no sabía como
disimular, las ojeras
mañaneras...
Ya no te espero, no ,
eso sí, cuando
cerraste la puerta
sabía que no volverías.
Mas no me arrepiento
de esas noches fulgorosas,
en el frío invierno. Fuiste
también muy dulce y
comprensivo cuando
lloré en tus brazos.
Era tanta la felicidad
que me embargaba!...
Era un sueño.
Y ese eras tú.
No importa, si no me
viste, en pro de tu
carrera o ambición loca,
de seguir conociendo
mundo, y avanzando
en tus logros profesionales.
Que seguramente, serán
tan exitosos, como tus
manos, ellas supieron
hacerme suspirar tantas
veces quise, y como
se nos dio la gana.
Fuimos libres, volamos
y aterrizamos juntos
sin agotarnos, el uno
al otro.
Con eso me quedo,
aprisiono
en mi corazón y con
eso tengo y me
basta para seguir,
tejiendo y soñando,
que es lo que
sé hacer.
(rosi12)