Fue la Luz Atormentada
en las Mañanas.
Fue el Aire Inquieto
que se Hizo Brisa.
Fue el dulce Néctar de tus Labios
y el Beso que Rasgó los Vientos Amarrados
al Pavor Desarmado y sin Sonrisa.
Fue Quizás, el Temblor de una Estrella
Acribillada por Pasiones
que tan Mudas y tan Sordas
Fatal Mueren.
Fue la Flor Marchita
que se Hizo Pena
y sus Pétalos Vertidos
a los Muros de tu Alma,
y a las Mismas Ramas
de tu Árbol Desteñido.
Fue Verdad Inasible
y Aquel Llanto,
que Sin Lágrimas
Secó el Rasante, Atribulado Cincel
de las Albas,
los Ocasos,
las Memorias,
los Olvidos.
Fue el Morir Atribulado,
Traspasado
y el Amor Muerto
que Dilata en Sin Sombras
los Olvidos.
(Patricia)