_Prosa Ósculo Sacro_
Reverente, un ósculo sacro te deposito en la boca,
para detener por unos segundos el ruido de palabras,
podría besar reverente tus albas manos como cortesía
o los dedos de tus pies buscando un mapa o una guía
o el petalo de tu frente para besarte en pensamiento.
Pero prefiero besarte en tus rosados labios,
y sentir el eco de mis palabras vivas en ti,
o besarte los pies para prevenir un paso en falso,
o besarte la sombra sin saber que besar o buscar
con la certeza que lo buscado se acerca,
que solo nos separa un latido del corazón.
Si me cegara la helada y oscura noche invernal,
besaría cada musa y cada flor hasta llegar a ti,
y arroparme en el cobijo amplio de tu tibieza,
por el techo de un intocable azulado cielo,
trepando por la ruta fronteriza de carne y verso,
para atracar en el puerto seguro de tu nombre.
Me fundiría contigo sin abrir el paréntesis de labios,
sin poder hacer nada de nada para frenar el final,
y por eso respiramos lentos, lentos, pero despiertos,
esperando un destello, un avisado término medio,
que nos libere de muerte y de toda clase de mal,
y nos haga saber hasta donde llega el ósculo sacro,
antes de que llegue la despedida, el final o la rabia.