Te confesaré algo muy urgente,
el tema es el siguiente;
estas tres anteriores noches he estado peleando con Morfeo,
tratando de entender...
¿Por qué, cuando te veo, me bloqueo?
¿Por qué siento un calor agradable recorriendo todo mi interior
con el simple hecho de verte sonreír?
¿Por qué siento un vacío cuando te alejas de mí?
La conclusión es que me enamoré
perdidamente de ti.
Mi alma vibra cuando escucho tu voz,
es que eres toda una campeona
y tierna como una paloma.
¡No sé si es el destino!
Pero anhelo casarme contigo,
poder despertarme con tus besos
disfrutando como ricos caramelos;
poder cocinar juntos los desayunos más locos
que calman nuestros antojos,
y jugar como los niños en los días lluviosos.
Eres hermosa como Jerusalén,
y aunque pase el tiempo, mi corazón
seguirá ardiendo como un volcán por ti,
siendo tu voz mi más bella sinfonía.
Perdóname, pero tú ya no sales de mi memoria,
contigo quiero vivir una bonita historia.