Sumido en la tristeza, te seguiré esperando.
Haber si con el tiempo, renace nuestro amor.
Fuiste como una flor, sutil y encantadora.
nacida de la flora, con aroma y color.
Obligarte a quererme, sería como un martirio.
Porque el amor impuro, es engañoso y frío.
Y no quiero engañarme, creyendo que eres mía,
para después morirme undido en el astio.
Llevo dentro del alma, cicatrices profundas,
que no las cura nada, porque son incurables.
Pero a pesar de todo, te seguiré queriendo,
porque aunque lo negara, sé bien que soy culpable.
El día en que regreses, yo te estaré esperando,
con el mismo cariño, para darte mi amor.
y entre risas y llantos, te estrecharé en mi alma
y sacaré del pecho, mi terrible obsesión.