Haz Ámbar

Soplos sulfurosos

De tus ojos soy asunto impostergable,

todos ellos tan brillantes 

yo envidioso de que lo sean así tanto,

y por más que aflojo no escrutarlos

como les es propio

es un dardo venenoso

que me va minando poco a poco

la razón, que me destroza

y me vuelve peor persona

aún de lo que soy

y es cosa que me acosa 

de forma intensa cada instante

que uno piensa de lo que ha dado

si ha recibido parte.

 

 

Por las grietas de este cráneo 

se me escapa un cielo azul,

filamentos enroscados 

que apenas se estiran hacia la luz

les cae un rayo desde la grande altura,

en la frente que se escuda

sin más remordimientos

que los típicos de uno.