J.ENOC_A

Poema narrativo I (Una tragedia)

De rojo se ha teñido la tierra.

De los niños amenaza la risa.

Dónde verdes praderas existieron

encantadoras flores exhibiendo.

Ya nada queda, solo flores muertas.

 

Al hijo y mujer un hombre deja

Aunque ya viejo su deber atiende

ella rápidamente lo comprende.

 

Mientras su hijo observa levemente

el semblante de su madre entristece.

Las lágrimas caen, una tras otra.

 

Rápidamente sus lágrimas limpia

se vuelve hacia él, fingiendo una sonrisa

con un beso se despide, se aleja.

 

No recordaba el peso de las armas.

No cesan los heridos, ni los cuerpos.

mientras el hedor putrefacto se intensifica.

 

Más lentamente la moral cae

en la victoria ya nadie cree

y mientras van al frente.

Quién debería ser su líder

solo mira y muchos mueren.

 

A su esposa el miedo le corroe

que una veloz bala perdida

detenga el tiempo de su amado.

 

Una sutil esperanza se mantiene

¿Su esposo aún la recuerda

O su mente se habrá quebrantado?

 

Olvidando su familia o su nombre

¿Habrá perdido sus agallas

y se halla retirado de la batalla?

 

Cesan sus fatigantes pensamientos

para así poder conciliar el sueño.

Pero un sonido la ha despertado,

era el ruidoso teléfono sonando.

 

Al contestar, un hombre le ha informado

sobre un héroe respetado.

Quien salvó las vidas de soldados

sus ojos poco a poco se habían cerrado.

 

Su última petición, sus últimas palabras.

“Lamento lo sucedido. Siempre te he amado

si oyes mis palabras, vive por el hijo

que ambos hemos atesorado”.

 

Solo un llanto oyó el soldado

que la noticia había entregado.