Hago la lista de lo que queda pendiente;
de lo que no hice por miedo
o por descuido,
que quizá es lo mismo.
Talvez incluya las injuriosas palabras
que no dije a quién debí decirlas;
no repetiré las culpas y los arrepentimientos
porque entonces divagaré atolondrado
sin musitar palabra.
Hago la lista para lanzarla al vacío sideral
donde solo ángeles y demonios puedan leerla.
Quizá incluya la oportunidad perdida
y el barco que no abordé
y el libro que no leí
y el adiós que no cesa
y el que no comprendí
y la súbita lluvia que no me empapó.
Hago una lista como ráfaga de luz,
hecha de tripas y de huesos viejos,
una lista que se esfuma en el ocaso
suspendido como estandarte
del absoluto instante
que se alza victorioso.