alicia perez hernandez

Pecado de confesión 

Pecado de confesión 

Cómo duele buscarte y no encontrarte

Cómo duele amarte tanto y ver el adiós en tu mirada.

Duele saber que muchas bocas has besado,

Y la mía sin tus besos se ha quedado.

Duele el abrazo que a muchas mujeres a tu pecho has llevado,

yo vivo deseando un abrazo tuyo.

¡Duele no tenerte, aun amándote tanto!

¡Bien sé que tu amor no es para mí!

He pecado de deseos de besar tu boca y recorrer tu cuerpo

Como una fantasía, hacerte mío, noches enteras de pasión,

Deseo robar tus sueños para seguir durmiendo contigo.

Tengo fantasías pecaminosas contigo todas las noches.

¡Pido perdón a Dios, por eso!

Es un pecado que confieso a diario.

También le pido que te amé, te cuide, igual, que lo hace conmigo.

El mundo nos condena, pero Dios nos perdona.

Él nos dió a su único hijo y tomo el lugar de todos en la cruz.

Quiero dejar de pensar en ti, pero eres mi pecado de idolatría.

¿Por qué no te conocí antes?

Para tenernos las 24 horas del día y desayunar amor,

comer besos, a la plancha, para que se mantenga prendido el fuego.

Cenar pasión, acompañados de dos copas de whisky,

Para embriagarnos y olvidar que tú eres ajeno y que yo soy ajena.

Pero nos place ahogarnos en pasiones, cenando y bebiendo amor,

Pasión, deseos, fuego encendido con besos ardientes.

Eres mi pecado, tengo que confesarlo, disfruto pecar contigo.

¿Por qué no te casas conmigo?

Nos complementaríamos toda la vida.

Tú eres fuego y yo ardo en deseos de ti.

Tus ojos me excitan cuando ves mi cuerpo desnudo en tus sueños,

Cuando rimamos en orgasmos de poesía.

Y cuando nos pensamos, sabiendo lo cómplice, que es el destino

nos juntó en otra vida, que sabemos es un déjà vu

Cuando estamos juntos reconocemos el olor de la piel sobre la piel,

Y nos damos cuenta que ya habíamos vivido este amor antes.

Alicia Pérez Hernández... México

No es la pluma la que escribe, es el alma

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IX. PERO TE AMO Amado Nervo

Yo no sé nada de la vida,
yo no sé nada del destino,
yo no sé nada de la muerte;
¡pero te amo!

Según la buena lógica, tú eres luz extinguida;
mi devoción es loca, mi culto, desatino,
y hay una insensatez infinita en quererte;
¡pero te amo!