Voy a tu lecho mujer
de todas mis noches.
Luna en mis horas oscuras,
sol de mañana tendida.
Lucero que entibia mis inviernos,
carne que cubre mis heridas.
Corazón latiendo entre dos pechos,
voy a tu lecho a terminar el día.
Voy a tu lecho mujer,
porque el amor llama.
Porque la sed persiste
sin tu boca y tus mejillas.
Te he amado sin palabras
miles de noches sombrías
y te sigo amando cada alba,
cada tarde y sin medida.