Juegan rojas y negras,
hagan sus apuestas.
Los límites del lenguaje
pueden inducir a error,
reducir, ya no el universo
de posibilidades,
sino el mundo habitable,
a los linderos de la materialidad.
Ya no se admiten más apuestas.
El lenguaje contruye la realidad,
la delimita, la señala, le da forma,
pero eso tú ya lo sabes,
has estado creando tu propio mundo,
no sé si con las palabras adecuadas,
ese no es mi asunto, es tu juego.
Negro 33. La casa gana.
Alexander Elías2024
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