Rasguño tratando de romper la dura
cascara de mi soledad.
En tardes muertas de mi vida evoco
los recuerdos que me llevan por caminos
polvorientos; y solo encuentro trampas
insidiosas que me tiende la nostalgia. Nostalgia
que si no es la locura, es la muerte.
Busco en mi corazón un sitio donde
no hayan muertos los afectos pues en
la tristeza de mis ojos, llevo la paciencia
inconcebible del desengaño, el aire solitario,
el pacto con la soledad,
Me extravio por desfiladeros de niebla,
por tiempo reservados al olvido, por
laberintos de desilucion. El eco
repite mis pensamientos, principio
y fin de mi felicidad.
La soledad selecciona mis recuerdos que
con los deseos de llorar de mi adolescencia,
los hundire en la pasion
pantanosa de mis deseos. Quiza
así logre matar esta dura soledad