Las esperanzas perdidas del ayer,
susurros de sueños que solían brillar,
con el peso del tiempo, se fueron a esconder,
pero en el alma, su eco ha de hablar.
Esperanzas recuperadas de hoy,
como flores que asoman tras la tormenta,
brotan de nuevo, como un canto de hoy,
resilientes y fuertes, la vida se siente.
Esperanzas anheladas para el mañana,
dibujan caminos de luz y de fe,
tejiendo en el viento una danza temprana,
donde el sueño y el alba se encuentran también.
El saber que se está y que se siente,
con cada latido, un futuro renace,
pues las esperanzas, aunque a veces ausentes,
son la luz que al alba siempre nos trae.
LasEsperanzasLlenanElAlma
©Violeta