Eres hilo de seda, sutil y resistente,
que teje la vida con amor y paciencia.
Tus manos, esculpidas por el tiempo,
crean un mundo donde reina la ciencia.
Tu corazón, un océano profundo y sereno,
refugio seguro en tormentas y penas.
Tu mente, un jardín florido y pleno,
donde brotan ideas y esperanzas eternas.
Eres la luna que guía a los navegantes,
la estrella que ilumina las noches más oscuras.
Tu voz, melodía que calma los corazones,
tu risa, un bálsamo que cura las heridas.
Aunque la sociedad te haya puesto a prueba,
tú sigues de pie, con fuerza y con orgullo.
Eres la raíz que sostiene a la familia,
la savia que nutre a la comunidad.
En cada mujer, un universo infinito,
capaz de crear, de amar y de soñar.
Eres la fuerza de la naturaleza,
el principio y el fin de todo lo que hay.
JTA.