Quien tuviera voz de declamador
Aunque mi poesía sea discreta y carente
de alma, quizá la voz del declamador
le diera vida, y con suave cadente
hiciese que el corazón se rindiera.
Pero no, mi voz es débil y tenue,
y mi poesía, pobre y sin valor,
no merece que la gente se detenga
a escucharla, ni que el alma se mueva.
Sin embargo, yo seguiré componiendo,
y esperando que algún día, alguien
me dé la voz que necesito, y haciendo
que mi poesía sea escuchada y amada.