jorge enrique mantilla

El sendero de la vida

El sendero de la vida

 

He recorrido tantos caminos, unos áridos, espinosos y polvorientos

Otros florecidos de fragancias, de risas, de felicidades y conocimientos

También senderos atiborrados de amores, de pasiones y acalorados sentimientos

También rieles oxidados de llantos con lágrimas de sufrimientos

Caminos de la vida, que me llenaron de sabiduría y del saber sus conocimientos

De trabajos y labores, de sudores, de diplomas y reconocimientos

Pasajes de la vida, de nubarrones, de sombras con las oscuridades de sus estremecimientos

Caminos de horizontes, de sueños, de pecados, de confesiones y arrepentimientos

De travesías, de cosas materiales repletas y saturadas de pesados cargamentos

De huracanados vientos que azotaron el camino con vendavales turbulentos

Caminos reales, unos empedrados, otros pavimentados, otros verdes y floridos llenos de alegrías y encantamientos

 

Y tuve que aceptar, que el paso por esta vida es momentáneo con la existencia misteriosa

Y la estancia en la hermosa naturaleza es amorosa, pasionaria y maravillosa

Y hay que vivirla a plenitud con placeres y con emociones cariñosas

Y tuve que aceptar, que un día me iría a la eternidad del infinito majestuosa

Y dejar un legado, un recuerdo sublime o una lágrima angustiosa

Y a la amante querida, dejarle un susurro suave y melodioso de la pasión calurosa

Y en medio del silencio sepulcral, saber que todo es pasajero y que la vida pasa rauda y vertiginosa

Y escondido entre las penumbras, saber que mi existencia, fue fugaz y presurosa

Y tuve que aceptar que el árbol de mi vida arropó el camino de sombras, de risas y carcajadas fervorosas

Pasaron los años y todo ha sido un sueño efímero con rayos de felicidad esplendorosa

La vida termina para unos y sigue para otros con sus afanes bulliciosas

 

Darle gracias a Dios Todopoderoso por esta placentera, emocionante y encantadora vida

Todo sube y todo baja, hasta el amor y la pasión de la esposa adorada y querida

En cualquier rincón quedaran mis versos, mis gritos con sus ecos perdidas

El aire arrastrará los bocetos, los recuerdos, como el viento se lleva las hojas secas, que el tiempo con los años olvida

¿Entonces cuál es el camino de la vida que Dios con amor ha sido ofrecida?

Puede ser estrecho o amplio, pero debe ser con alegrías y felicidad bien recibidas

Beber hasta el último sorbo del manantial de la vida, antes que llegue de la tarde su amanecida con su lánguida despedida

Alejar soberbias, envidias y rencores, vanidades y traiciones del envidioso con engaños ofrecidas

La tierra con su exuberante naturaleza es nuestra morada pasajera, es nuestro edén y nuestra acalorada vida preferida

No la malgaste, ni deje que se desangre y muera en llantos por la escalofriante herida.

 

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga noviembre 28-2024