Con su paz y su verdad,
regalos de la vida llegan con cada amanecer,
días preñados de emoción y de ilusión;
momentos únicos para volver a creer.
Que la vida va pasando
y en sus días, pintados de sueños,
nuestras penas amontonadas van quedando;
dejando huellas que no vemos,
abrazos que no damos,
besos que no llegaron y en el aire,
tristes y olvidados y de su boca separados,
buscando un corazón todos quedaron.
Otro día que con su paz y su verdad
desnudo y sumiso en devota oblación se nos entrega;
inmenso lienzo donde comenzar a ser,
donde buscar y encontrar,
lo que nunca debimos dejar escapar.
Días de paz y verdad,
donde sus mágicas auroras inventan la esperanza,
y en sus misteriosos ocasos duermen los sueños;
días que llegan esperando nuestra luz,
y que marchan de nuevo vacíos de azul;
donde el silencio se hace virtud,
y donde el lamento, desgarro del alma,
se viste de júbilo y gratitud.
(Jpellicer)