El Corbán

CORAZÓN AJENO

Este corazón, que de mí se ha burlado,

ya no responde a mis ruegos ni sueños;

late y se entrega a tu paso sagrado,

como un necio que olvida sus propios empeños.

 

Ya no me obedece, se sabe perdido,

y al saberte su dueña, se vuelve más fuerte;

corazón traicionero, terco y rendido,

que en tus manos se entrega, burlando mi suerte.

 

Quise atarlo en mi pecho, hacerlo prudente,

pero cada latido te llama y te nombra;

mi pobre corazón, ahora imprudente,

sólo vive por ti, olvidando su sombra.

 

Así lo cedí, no encontré otra vía,

pues contra tus encantos no hallé resistencia;

ya no es mío, lo admito, se va en su porfía,

tan tuyo, tan loco, perdido en tu esencia.