Cuando pinto, debo ir al paso de la perfección. Dejo de inhalar cual si fuese tiro al blanco. Hay paz y meditación mientras pinto, y el Espíritu Santo está ahí ayudándome.
Algunos colores se esconden de mi vista y mi esposa me ayuda a encontrarlos. Mis pinturas son milagros hechos arte. Puedo pintar por dinero o pintar por diversión...