En el vasto tapiz del destino tejido,
cada hilo dorado ha sido concedido.
Oh, viajera del tiempo, en esta jornada,
recuerda que todo tiene su salida esperada.
Las nubes oscuras cubren el cielo,
mas tras el tormento, renace el destello.
Cada pena es un maestro en su lección,
un susurro del tiempo, un eco en el corazón.
Las flores marchitas renacen en primavera,
y la luna, en su ciclo, siempre espera.
Así como el río, que a veces se detiene,
sigue su camino, la calma sostiene.
No temas a la sombra que hoy te rodea,
pues la luz del alba, con fuerza, pasea.
Los caminos que hoy son de espinas y quejas,
pronto florecerán con suaves cortezas.
El destino, cual sabio, siempre nos guía,
tras cada caída, hay una melodía.
Las pruebas que enfrentas son parte del viaje,
un sendero de sabiduría, un noble pasaje.
Recuerda, querida, que tras la neblina,
el sol vuelve a brillar y la vida se afina.
Todo pasa por algo, un ciclo eterno,
las bendiciones llegan, como el fuego tierno.
Así que abraza la noche, sueña sin miedo,
el mañana te espera, con amor y con credo.
Las cosas mejores están por llegar,
en el jardín de la vida, vuelve a soñar.