El aire denso, mis pupilas hinchadas,
mis pestañas gastadas, una mente atormentada.
Quisiera cruzar el mar de lamentos
y llegar a la isla de soledad,
sentarme y embriagarme,
ver el mar pintar una sonrisa al cielo,
y el sol caer en las fraguas del atardecer.
Volver donde fuimos felices
y ganarle al bucle de karma,
encontrar la paz en su pecho,
mientras cura las heridas de un corazón roto.
Intento dormir, pero en la oscuridad
solo llega la tormenta de recuerdos,
dudas y conflictos,
llenando de insomnio mi mente agobiada,
triste y desolada,
porque sentimos que lo tenemos todo
y al día siguiente nada.
Porque es tan difícil sentir, amar...
Dejar ir...
Quisiera saber lo que sientes,
más de lo que yo siento,
conquistar los rincones de tu mente
y alimentar de amor tu corazón.
Quisiera saber por qué
cuando te di todo, me dejaste sin nada,
exporto los sentimientos escritos en un papel,
exploto las inefables cargas del pasado,
que atormentaron nuestro futuro,
como el fruto del edén,
marcando un antes y un después.
Lo que siento es inaudito,
lo que siento está maldito,
lo que siento está prohibido,
lo que siento es un abismo,
lo que siento... es... Amor.