Flotando un universo todo entero en mí colapsa
de ilusiones no tan fértiles y alguna que otra falsa.
Me hice mis cicatrices no para desgraciarlas.
Terriblemente intrínsecas las tengo yo en el alma.
El dolor ha hecho cifras conmigo inenarrables.
Muy metido me he en mi mundo la cabeza que no sale
aunque tire de aquí hasta el último forzudo que los hay.
Arrastro mi mala senda por donde sea cualquier lugar.
Lloraría si no fuera que los de afuera me verán
mientras suplico mi permanencia en esta tierra sin esperanza.
No, tampoco sé cambiar de papel ya a las tantas
ni es que me desagrade del todo a mí quizás.
Den un trono a los amantes que no se sepan conquistar,
a esos inmortales nombrados por si más.
En misterio o soledad se quedan los desiertos de incertidumbres
a punto de ser nada.
Se desliza muy despacio la máscara del caos.
Ya me temo yo el contagio de otra vuelta atrás.
Solitario desafío a mi sombra a celebrarlo
con la boca bien cerrada a los desastres que nos trae.
Entre el ácido vacío de más a que añorar
sospecho que hay delante las ruinas de mi hogar.