Ayer que lloraba
Una presencia extraña secó mis lágrimas
Y un torrente de paz fue invadiendo mis entrañas
Mientras mi corazón gozoso palpitaba
Cerré los ojos y te ví junto a mí
Eras tú Señor, eras tú quien me acompañaba
Te sentí en la paz que me brindabas
A pesar del infierno en el que minutos atrás estaba
Tu manto cubrió el frío de mi espalda
Y cuál padre protector aliviaste mi dolor
Me diste a beber tu brebaje en esa taza
Que transformó mis maldades en amor
Hoy sé que estás conmigo
A pesar del lodo que a mí paso tiré
Me das tu mano como verdadero amigo
Sin reprocharme tus preceptos que ignoré
Gracias Señor por no abandonarme
Gracias por darme tu Santa Bendición
Por llevarte al limbo mis pecados
Y limpiar mi angustiado corazón
Te pido postrado no permitas
Que mi camino nunca más vuelva a extraviar
Cerraré los ojos cada vez que quiera ver
Que a mi lado en todo instante siempre estás!