Mirad como camina noria lenta
en causa que pretende un alimento
y mueve con el simple movimiento
del ritmo de una sed siempre sedienta.
Mirad como no enfría y no calienta,
en vueltas siempre iguales, sin acento,
con la gracia graciosa de un pimiento
que no puede aspirar a ser pimienta.
Eterna sea su paz, su grandeza,
en modo de un meneo que no mueve
y pone en algo tibio más tibieza.
Eterno sea su son, nos eleve,
allí donde no hay duda y hay certeza
que a veces lo más bueno es lo más breve.
Jhet