Y a no escucho tu linda voz llamándome,
E l silencio profiere su sentencia.
S ordo escarmiento que vive ofuscándome:
E scuchar bocas sin tu eco ni esencia.
N oble soledad, siempre acompañándome.
I nfiel le fui y me adapté a tu presencia,
A hora ella regresa castigándome,
A menaza con perpetuar tu ausencia.
G enuino regalo cuando en la noche
U n sueño me hace sentirte a mi lado
I ncluso al despertar, es de oro un broche.
L as consecuencias de nuestro pecado
A cepto sin decir ningún reproche:
R ebosar en mi presente sagrado.
-Raynier Garrido