Heidegger, estudiando a Hölderlin, suelta al voleo una consideración nada infantil: Poetizar es una manera de \"hacerse cargo de lo real\". Aquí resulta inevitable escuchar las resonancias novalisianas, solo que para Novalis poetizar el mundo es actuarlo en términos demiúrgicos( Poder tranformador del lenguaje, la poesía y el arte) y aunque no usó,el vocablo, refleja la idea. Mientras que en el pensamiento heideggeriano es un modo de racionalizarlo. En todo caso, la obra de arte no solo estipula su goce estético, sino que supone una clave para apropiarse la realidad. En otras palabras, mirar un paisaje de montaña desde, por ejemplo, Caspar David Friedrich implica, y no apenas, asumir la angustia del hombre a solas con su existencia. Esta es la distancia entre el bárbaro y el artista, la misma que separa la concepción utilitaria del arte de su racionalidad poética.