Me intrigan las gaviotas
con su vuelo que corta el aire
como afilada navaja
o como serena caricia.
Planean por los aires
como quien no busca nada,
como quien encuentra todo
en el vacío del universo.
Sus cantos no son cantos
son notas suspendidas
en la garganta del mar;
un eco de agua y sal,
una grieta en el tiempo
que abre y cierra el horizonte.
Dicen preguntas sueltas,
poemas que nadie entiende,
miran desde el cielo
respirándole al mundo
y se abandonan al viento
como quien se entrega al amor,
o tal vez al cansancio.
Y el hombre, aquí abajo,
con los pies hundidos en la arena,
cree saber todo del mundo;
pero ellas, ellas ríen sin risa
y solo siguen volando.