¡Y así, el paso de los años
van dejando huellas
en el rostro
difícil de ocultar
tiñendo de blanco
la otrora
azabache cabellera...
pero si cultivamos
la belleza espiritual
durante el transcurrir
del tiempo,
serán huellas desapercibidas
ante los ojos que solo
han de penetrar en el alma,
para auscultar y sentir
la belleza interior reflejada
en una sonrisa expresando
la alegría de vivir,
sin importar ni contar
las \"velitas\"
que tantas veces
hemos colocado
en un pastel de cumpleaños!...
\"Juventud, divino tesoro,
ya te vas para no volver\"...
Nhylath