El primer día, sentí que me perdí en tus hermosos ojos
después de un mes me enamore de esos besos en la frente
paso un año y tus dientes chuecos se volvieron mi delirio
hoy no quiero que se me vaya la vida sin recitarte un: “Te amo”.
Mujer alta, de ojos grandes y cabello hasta la cintura
un poco torpe y distraída, pintura en sus labios y en sus botas casquillos;
abrazos suaves como sus mejillas, sus manos saben nuestras aventuras
al final del día solo nos quedan los recuerdos y una disculpa que nunca nos dimos
Te debo un abrazo y tu una sonrisa
he pensado muchas veces que nos saldría barato tirar el orgullo a la mierda;
esta es una carta improvisada, dedicada a esa promesa mía de amarte
aunque tu seas de venus y yo de marte.